Todas las contradicciones de nuestro mundo se concentran y multiplican seguramente en África. Anna ha trabajado en una ONG durante tres años y las ha visto de todos los colores. Después del choque inicial, le ha crecido sin darse cuenta una burbuja protectora emocional de varias capas. Es con esta burbuja, con las contradicciones y con una sequedad enorme de sentimientos, que Anna vuelve a Barcelona. Apática, desorientada, de pocas palabras, necesita pararse, respirar, reubicarse, ella y su saco de vivencias. Dejar ir lastre. Está encallada, perdida y sola en un laberinto. Anna está A la deriva.
La actriz María Molins se estrena en un papel de protagonista en el cine y lo hace con una interpretación memorable.
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